LA BANDERA
En el siglo 14 antes de la era Cristiana, el faraón Amenhotep IV se cambió el nombre a Akhenaten, abandonó la adoración de los viejos dioses egipcios e introdujo a su nuevo dios, Aten, representado por el sol. De más esta decir que esto no sentó bien con la clase sacerdotal egipcia, que luego de su muerte, borró su nombre e imagen de casi todos los monumentos de la época.
De igual forma ha hecho Carmen Yulín con la obra de Jorge Santini. Cuando una obra se inaugura en PR o en USA, se pone un placa con la fecha y el nombre del alcalde o presidente que la erige o inaugura. [Ejemplo es el tribunal federal en Chardon, que tiene una placa de Clinton] Igual que los antiguos sacerdotes egipcios, Carmen Yulín intenta borrar su nombre de todos los símbolos de su obra. La UNICA “obra” que ha hecho hasta el momento.
Todos sabemos que Santini nunca ha sido santo de mi devoción pero reconozco su obra; el Natatorio, sus escuelas bilingües y como esta ciudad corría como un “well oiled machine.” El nunca dejó que la ciudad llegara a ser la pocilga y multiplicadora de cráteres en la que se ha convertido.
Pero peor aún, nuestra flamante alcaldesa intenta borrar el símbolo de la nación que más odia, los USA, de su lugar regular al lado de la mono estrellada. Su desdén por la bandera de USA ha llegado a tal punto que la hemos visto tirada en el suelo del Coliseo Roberto Clemente y otros lugares. Sólo un puñado de valientes jóvenes estadistas tuvieron la inventiva y las agallas de sembrar su camino al trabajo de banderas de USA. La juventud dando el buen ejemplo. Y a esos valientes la flamante alcaldesa de TODOS los sanjuaneros dice que “se manejan muy cómodas en la cloaca de la mentira y la difamación.” No recuerdo a Santini hablar así de ningún popular.
Todos tenemos familiares que sirvieron con honor a esa nación cuya bandera Carmen Yulín quiere desterrar. Algunos perdimos familiares y amigos en su servicio. La pregunta de muchos es, ¿que podemos hacer? Ya que es obvio que Carmen Yulín odia a los USA, yo, John E. Mudd, les exhorto a desplegar la bandera desde nuestros balcones, nuestros autos y cualquier otro lugar decoroso que podamos imaginar. Que a cada lugar que vaya Carmen Yulín, la vea desplegada por nosotros. Demostrémosle a la Comandante Cruz que la nación que esa bandera representa esta aquí pare quedarse y ninguna pichón de dictadora la va a sacar. Muchos mejores que ella han tratado y están en el zafacón de la historia. George III, López de Santa Ana, Kaiser Wilhelm, Adolfo Hitler y Sadam Hussein son algunos ejemplos, todos vencidos y la multiestrellada sigue brillando. Despleguémosla con orgullo.
s/John E. Mudd
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