Recientemente encontré un interesante libro titulado El Archivo Luis Muñoz Marín, un Archivo Nacional, Ponencias. La ponencia del Dr. Carlos R. Zapata Oliveras incluyó unos apéndices documentales de artículos de Muñoz en el Mundo de 1946. Para los que conocen su historia, este fue el año que supuestamente Muñoz abandonó la independencia. Irrespectivo de lo que piensen del prócer del PPD, es interesante revisitar su pensamiento, contrastarlo con el PPD de hoy que se confronta con la que puede ser su elección más importante.
El 7 de febrero de 1946, Muñoz escribió en El Mundo “Alerta a la Conciencia Puertorriqueña” y nos dice, inter alia:
Desde 1934 el pueblo de Puerto Rico no vive enteramente de lo que produce. Aproximadamente desde 1934 es que vienen aumentándose en forma considerable las ayudas federales al pueblo de Puerto Rico, ayudas hechas con el propósito directo de ayudar, y ayudas resultantes incidentales del esfuerzo de guerra. De lo que produjo, Puerto Rico vivió hasta que tuvo un millón seiscientos mil habitantes. De las ayudas adicionales es que están viviendo los quinientos mil habitants adicionales que tiene Puerto Rico hoy. En el año 1933, las ayudas federales a Puerto Rico no llegaban a tres millones de dólares anuales. En el 1934, fueron de ocho millones y medio; en 1935, dieciséis millones; en 1936, treinta y tres millones; en 1937, treinta millones; en 1938, diecinueve millones; en 1939, treinta y tres millones; en 1940, treinta y cinco millones; en 1941, treinta y nueve millones; én 1942, cuarenta y tres millones; en 1943, treinta y cinco millones. Por encima de eso, desde 1939 en adelante, se gastó eñ Puerto Rico el costo de todas las instalaciones militares y navales levantadas en la Isla. En todos estos años, por ayuda directamente motivada, o por esfuerzo de guerra, han ingresado en Puerto Rico sumas adicionales algo más que equivalentes a lo que significaba antes el aumento en la producción que ocurría simultáneamente con el aumento de la población.
Hace más de diez años que Puerto Rico no está viviendo enteramente de lo que produce, que la población aumentada de Puerto Rico está viviendo de lo que produce con adición de las ayudas más o menos artificiales que han venido incrementándose.
Todo esto fue antes del ELA. Muñoz nos sigue diciendo:
En otras palabras, lo que tenemos que hacer, lo que estamos absolutamente obligados a tratar de hacer, si no queremos ser criminalmente responsables de una catástrofe de proporciones más trágicas que las de una En otras palabras, lo que tenemos que hacer, lo que estamos absolutamente obligados a tratar de hacer, si no queremos ser criminalmente responsables de una catástrofe de proporciones más trágicas que las de una guerra perdida, es aumentar la producáón, dentro de normas de justiáa, con la velodad necesaria para que una población cada día más numerosa pueda tener trabajo pleno, a mejores niveles de vida, sin la ayuda artificial que ha estado sosteniendo su vida desde que sobrepasamos el millón seiscientos mil habitantes. . . Si Puerto Rico no logra esta finalidad para 1960-o si es posible un poco antes, o si no se puede entonces, no mucho después-, Puerto Rico está perdido. El pueblo de PuertoRico, en su civilización, desaparecerá como una llamarada luminosa y breve que se hizo humo en la gran tiniebla del tiempo.
En 1960 habrá en Puerto Rico tres millones ciento veintitrés mil habitantes. En 1960 es indeseable que tenga que haber ayudas artificiales para la vida de estos habitantes. Si las necesitan, deben tenerlas. Si las necesitan, tienen un derecho humano y moral a tenerlas. Pero es deseable que no las necesiten. Debe ser objetivo de nuestra obra que no las necesiten.
Todos sabemos que la dependencia de fondos federales no disminuyó si no que aumentó. Para colmo, en los años 50, el Gobierno de PR alentaba a los que emigraban a NY y otros estados. Con emigración, mordaza, empleo gubernamental y generoso decretos de exención contributiva se llevó a “primera gran transformación” de que tanto habla Charlie Delgado.
A pesar de lo que pasó, el Muñoz de 1946 sabía lo que había que hacer. El 8 de febrero de 1946 publica en el El Mundo el segundo capítulo de la “Alerta a la Conciencia Puertorriqueña” y nos dice:
Puerto Rico necesita poner al máximo uso su tierra y llevar al máximo desarrollo su industrialización. Para que haya pleno empleo y plena productividad para los tres millones de puertorriqueños de 1960, hay que invertir arriba de setecientos millones de dólares-pública y privadamente en el mejor uso posible de la tierra que tenemos, en el desarrollo de la planta industrial, y sumas adicionales y proporcionadas en la salud, entrenamiento y educación que son necesarias a la eficacia competitiva del esfuerzo puertorriqueño en los mercados de exportación. . .
Lo importante no es el sitio de origen de quien le sirve al pueblo de Puerto Rico. Lo importante es que el pueblo de Puerto Rico tenga la colaboración de todos los servicios posibles en su brega angustiosa y grande y esperanzada. Lo mismo que digo en cuanto a la iniciativa pública y privada -que no podemos permitirnos el lujo de escoger la una y desechar la otra, porque las necesitamos las dos- lo mismo digo en cuanto a los servidores de adentro y de afuera de Puerto Rico. No podemos permitimos el lujo de desechar ni los unos ni los otros, porque la dimensión de nuestro problema haría trágico que nos permitiéramos ese lujo.
Aún en 1946, Muñoz sabia que el futuro de PR era la exportación y la cooperación del Gobierno con la empresa privada. Y sabia que necesitábamos personas de fuera de PR para el esfuerzo. Pero la realidad fue otra. El PPD emasculó el sector empresarial y ahora Charlie Delgado nuevamente apuesta el gobierno, esta vez el Municipal, para la “segunda transformación.”
El 9 de febrero de 1946 publica en el El Mundo el tercer capítulo de la “Alerta a la Conciencia Puertorriqueña” y nos dice:
La dirección ejecutiva del Congreso Pro Independencia, con los que le ayudan, es sencillamente un movimiento político cuya dedicación es atacar a otro movimiento politico que se llama el Partido Popular Democrático. Atacarlo en las tribunas, y en los escritos, y en la propaganda de boca en boca, y atacarlo en la organización conspiratorial de múltiples sabotajes al Partido Popular y su obra. Propaganda continua, conspiraciones de piquetes en Washington, cooperación en huelgas políticas contra el gobierno y la salud pública, maniobra de infiltrarse en los organismos populares, para escamotearle al pueblo su instrumento, sin que el pueblo pueda votar y defenderse. . .
Hablemos ahora de los que inocentemente, de buena fe, confundidos, han caído en dejarse utilizar para el sabotaje. Estos son todos los que, en solidaridad con el Partido Popular, con respeto a los compromisos contraídos con el pueblo, creen honradamente en la independencia y por eso han dejado usar sus nombres y actividades por el movimiento político, contrario al Partido Popular, compuesto por la directiva del Congreso Pro-Independencia y sus ayudantes.
¿Me pregunto que pensaría Muñoz de los soberanistas del PPD? ¿Serán ellos los herederos del Congreso Pro-Independencia o serán el verdadero corazón del PPD? ¿Who knows what evil lies in the hearts of men?
Muñoz nos habla de la razón de existir de las corporaciones públicas diciendo:
Las corporaciones públicas pueden emitir bonos de renta, pagaderos en un número largo de años, a bajo interés, sin cargo al cuerpo contributivo (porque se pagan del propio funcionamiento de la corporación pública), y sin utilizar o aminorar en forma alguna relativamente estrecho margen prestatario. La corporación pública ofrece garantías, sin tener límite arbitrario para sus préstamos, a base de su funcionamiento. Los bancos y entidades que le prestan lo hacen de acuerdo con su funcionamiento, yhasta el límite en que el buen funcionamiento garantice. Según la corporación pública va aumentando su funcionamiento, va aumentando también su capacidad para obtener más fondos. Y con los fondos aumenta su funcionamiento.
Así que desde por lo menos el 1946 la razón de existir de las corporaciones públicas era tomar prestado. Muñoz asumía que pagarían los prestamos de lo que generaban sin entender que mientras más aumentaban los préstamos, más los puertorriqueños tendrían que pagar por esos préstamos. Tampoco imaginó la forma que los políticos las iban a llenar de batatas inservibles para pagar los favores de campana.
En este artículo Muñoz nos confirma que en 1946 había personas que pensaban que el costo del servicio de agua era caro. También nos dice que Santurce “no sería el disparate que es para la vida diaria” si hubiera habido planificación. Hoy sabemos que esto tampoco ocurrió como el esperaba. Interesantemente, nos dice esto sobre los sueldos altos en el Gobierno:
Sobre los “sueldos altos” quiero decir lo siguiente: la experiencia del actual gobierno, desde sus comienzos, fue que las entidades privadas le impedían, ofreciendo sueldos sustancialmente mayores, obtener los servicios de hombres que seleccionaban para su obra. Siendo esto así, si no hay oposición a que los intereses privados paguen altos sueldos para defender el interés privad-oy a menudo para atacar el interés públic-ono es justo, ni conduce al bien público, que se impida que el pueblo, con un interés colectivo mucho mayor, pueda tener y retener servidores bajo condiciones similares a las del interés privado.
Muñoz valientemente reconoce los fallos del PPD:
El hecho de que en Puerto Rico el gobierno sea gran fuente de empleos para ciertas clases de trabajo, en adición al hábito mental desafortunado desarrollado en los últimos diez o doce por las agenciasen todo lo demás beneficiosas—de “relief”; la costumbre de patronazgo político, arraigada desde antes y de la cual el Partido Popular no ha podido curarse todo lo que debiera: estos factores han fraguado un punto de vista sincero, pero profundamente equivocado, para la brega inmensa que nos confronta.
Este punto de vista es que las funciones del gobierno son para dar trabajo y no realmente para dar servicio a todo el resto del pueblo que no puede emplearse en el gobierno. Este punto de vista es que el objeto de las funciones del gobierno es que alguien las desempeñe, en vez de que el pueblo entero reciba los máximos beneficios de esas funciones. Este punto de vista es que la función del gobierno es dar trabajo a grupos minoritarios de la población en vez de dedicarse con la mayor eficiencia, y a través de los más aptos funcionarios que puedan conseguirse, a desarrollar la más plena producción y la más amplia oportunidad de trabajo productivo para el pueblo entero.
De este punto de vista nadie en particular tiene la culpa. Este punto de vista es tan sincero como errado. De lo que tendremos la culpa todos es de no dedicarnos honradamente a modificarlo, a sustituirlo por ótro que sea igualmente sincero, pero que además sea cierto, hondo, amplio, útil, al servicio creador del pueblo entero.
Dos puntos importantes que sacar estos tres párrafos; (1) había patronazgo político en esa época, contrario a lo que muchos dicen y (2) las cosas no han cambiado. Triste.
Otro asunto familiar de que nos habla el pasado:
Volviendo a los sinceros y confundidos, creo que corresponde aquí hacer una clarificación que debe ser de la mayor utilidad para el porvenir. Según se acerca el día de solución del “status” político, se recrudecen pasiones que pueden ser mortales para el disfrute humano y civilizado de la libertad. Pasiones contra todo lo que sea de Puerto Rico. Pasiones contra los valores culturales que no sean Puerto Rico. Pasiones contra la excelencia intellectual que no sea de Puerto Rico. Pasiones en que se contrapesen los valores del espíritu y la buena fe humana con las meras localidades geográficas-todas las pasiones que, fundándose en prejuicio de razas y de grupos, pueden convertirse en la fuerza motriz inculta y bárbara del nacifascismo. ¡Recordemos que en Alemania se perseguía a los servidores del gobierno que no eran arios!
Muy cierto en 1946 y muy cierto 74 años después.
El 10 de febrero de 1046, Muñoz publica en el El Mundo el cuarto capítulo de “Alerta a la Conciencia Puertorriqueña”, subtitulado “El Estatus Político” y nos dice que “[t]ampoco podemos, sin grave deterioro de otro orden, permanecer mucho tiempo más en sujeción políticas colonial.” Muy cierto entonces y aún más cierto hoy día. Continua diciendo Muñoz que [e]l de “status” político es, en el caso peculiar de Puerto Rico un problema político. Es un problema político de la más grande importancia. Resolverlo merece gran dedicación.” (Negras nuestras) Así que el estatus era importante en 1946 y lo sigue siendo hoy día.
Lo que esta lectura demuestra es que mucho de lo que dicen que paso en la “primera transformación” no ocurrió así, que los problemas que vivimos los vivió Muñoz hace 74 años y PR ha cambiado muy poco. Hace falta que PR se transforme realmente, no cosméticamente. Y hay que hacerlo ya. Si ustedes creen que Charlie, o Lúgaro, o Pierluisi o alguno otro puede llevar a cabo la transformación, vote por el o ella. Yo traigo esta voz del pasado para que analicen si de verdad PR se transformo. Hay otros artículos interesantes que leer en esta serie pero no los aburro más con la lección de historia.