Desde el comienzo de este cuatrienio, el Gobernador Alejandro García Padilla nos ha mentido. Luego de su elección, nos dijo que iba a haber una sesión extraordinaria el día de su inauguración, a pesar que muchos le indicaron que la Constitución disponía otra cosa, ver Artículo III, sección 10 de la misma. Obviamente, vino el 2 de enero y no hubo sesión extraordinaria. Nos prometió el legislador ciudadano pero lo que se hizo fue quitarle las dietas. Prometió bajar el IVU a 6.5% y ahora lo sustituye con un IVA mucho más alto.
Lo que si ha hecho este gobierno es imponer contribuciones. Desde el principio de su gobierno, García Padilla ha hecho claro que no va a despedir empleados. Para no hacerlo, tenía que buscar recaudos y acabó imponiendo más de 85 impuestos (imagen cortesía de Wilfredo Ramos). Al comenzar su cuatrienio PR era la jurisdicción de USA con el impuesto más bajo a la gasolina. Ahora es la jurisdicción con el impuesto más alto.
Su último invento es un IVA que a pesar de la “oposición” de la minoría sería más del doble de IVU. Como bien dijo el Senador del PPD, Ramón Luis Nieves, nadie que no fuera el gobierno o los economistas pagos por el gobierno concuerdan con el proyecto radicado por el Gobernador. De todas maneras el IVA se va a aprobar de forma modificada pero tendrá el mismo resultado; empujar la isla a un espiral aún más acelerado de retroceso económico y miseria que rivalizará la década del 30. Uno no crece una economía con impuestos y el gobierno no es más importante que sus ciudadanos.
Algunos analistas entienden que PR si puede pagar su deuda si reduce significativamente los gastos. Otros, entienden que hay que reestructurar la deuda. Una u otra idea conlleva grandes cambios a la manera de hacer las cosas en PR y parece que el Gobernador carece de la entereza, interés o sapiencia para hacerlo.
Esto no es más que el resultado de décadas de ideas populistas y socialistas de un PPD inspirado por las economías planeadas de la Alemania Nazi y la Unión Soviética. Parece que el partido no se enteró que estas sociedades fallaron y dejaron de existir. Nos toca a nosotros entenderlo y rechazar estas ideas anacrónicas. Nuestro futuro es una economía liberada de las cadenas de un gobierno benefactor, basada en el conocimiento y la recompensa a los que crean la riqueza y no a los políticos y sus huestes.