La presidenta del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) ya indicó que en abril o mayo se hará una nueva emisión de bonos de hasta $2.95 billones. Se dice que esto va a repagar un préstamo de la Autoridad de Carreteras hizo al BGF y el sobrante pasaría a la agencia.
Un préstamo de esa magnitud, al 8.5% de interés, el máximo autorizado por la crudita pagará $250.7 millones al año. Ahora nuestra “impagable deuda pública” aumentará al igual que nuestro pago de la misma, que convenientemente comenzará en el 2017. Parece una deuda hecha a la medida para maniatar a la próxima administración que probablemente no sea la de Alejandro García Padilla. No puedo comprender como, si la deuda es nuestro problema, se alivie la misma con más deuda.
Esta emisión probablemente sobrepasa el límite constitucional. Además, aunque no concuerdo con esa idea, algunos abogados cuestionan el aumento automático del impuesto al petróleo impuesto por el PC 1301 como una delegación ilegal de la función legislativa de imponer impuestos Todo esto indica que existen razones para impugnar el préstamo, pero no veo a la oposición, el PNP, ni Pedro Pierluisi, ni Tomás Rivera Schatz, ni Ricardo Rosselló, ni nadie moviéndose preventivamente contra el préstamo. Acción rápida y decisiva es necesaria para detener esa emisión.
La oposición debe enviar una carta bien clara al Gobernador, el liderato legislativo, al BGF que esta emisión sobrepasa el límite legislativo y que de ser electos, la deuda se repudiará como improvidentemente emitida. Solo esto podrá detener la adicción del Gobierno a los préstamos. ¿Quien le pone el cascabel al gato?